No entiendo a esta gente que hace del insulto un argumento en una conversación. Tampoco los que proclaman una amenaza cuando no están de acuerdo, ni los que usan una subida de tono para realzar sus argumentos y menos los que desprecian los otros por el solo hecho de no compartir ideas.
Podemos no estar de acuerdo con lo que dice otra persona, pero debemos matar al portador del mensaje?
Si este es inteligente, sus argumentos son coherentes y de sentido común, podemos extraer conclusiones que nos permitan mejorar nuestro discurso con otros elementos de juicio. Sino no es inteligente, ni coherente, su validez cae por su propio peso y no vale la pena argumentarlo, ni perder el tiempo en ello.
Lo que sí es seguro, es que insultar, en lugar de argumentar, no nos dará nunca la razón. Más bien hará perder la poca que se pueda tener.
Matar al mensajero, es el camino más fácil para las mentes pobres y seguramente el menos inteligente, pues las razones de fondo flotan por encima de cualquier intento de ocultarlas o destruirlas y dependen de la validez de su contenido y no de quien las expresa.
Digo esto porque, últimamente se ha puesto de moda esta forma de actuar en las redes sociales. Aprovechando que el 2.0 es de ida y vuelta, en las sub-redes, comentarios a posts, tuiteros y foros pululan ciertos energúmenos que demuestran con el insulto más grosero, su falta de argumentos, su incultura y evidencian su incapacidad de convivencia.
Me da igual del color que sean y la etiqueta que defiendan. Se deslegitiman en su forma de actuar. Sus insultos dan medida de su personalidad y valía.
Esta gente no son compañeros de viaje, ni para hacer nada, ni para ir a ninguna parte.
Aprenda a argumentar por vosotros mismos, sin lemas ni etiquetas. Simplemente con razonamientos y no os dejéis embaucar por los falsos profetas que sólo buscan su propio beneficio y nunca piensan en el bien común, que es el de todos.
Que tengáis un buen día.
Josep M. Torras Payerol
PD: Post publicado en catalán en mi blog el 31-08-2012